Presentación #06 - Tapón de rosca


Para que nos entendamos, el tapón de las litronas. Ese elemento que arrojas amistosamente a tus amigos cuando estás en el campo o de barbacoa, o con el que jugueteas en la mesa cuando estás tomando unas claras con tu familia en verano.

Su acabado clásico es metálico, si bien también se ven dichos tapones en plástico cuando la botella tiene este mismo acabado. Pragmático, no requiere de herramientas, ni de grandes esfuerzos ni destreza para que nos dé paso al disfrute posterior. Puede incluso tener bandas laterales, que tras arrancarlas pueden servir para hacer una pequeña maraca con el cuerpo del tapón. Sin duda, da mucha vida.

A pesar de ser un gadget fácilmente asociable al ocio y la diversión, la observación empírica nos advierte que, por lo general, este tapón y su practicidad es inversamente proporcional al disfrute sensorial que puede proporcionar lo que contiene el envase. Una muestra, eso sí, de que la cerveza y su grandeza van más allá de la pericia del elaborador, y que dadas las circunstancias sociales adecuadas se puede disfrutar de forma relevante sin que importe tanto el contenido.

Como batallita personal, recuerdo abrir una botella de aspecto tan peculiar como prometedor con Tibor Domènech -Mad Brewing- en el mítico y lejano Animal de Madrid. No ha sido nunca el propósito de este blog el de criticar cervezas, pero ahora que no me oye nadie la verdad es que esa cerveza era un despropósito importante -o estaba en mal estado-. No obstante, esa fue una gran noche; y el tapón, que aún conservo y que tantos recuerdos me trae de ese momento vital en la capital española, es de lejos el más especial de esta pequeña colección.


Salut i birra!


A fin de entender la motivación detrás de esta serie de posts, se recomienda leer la Introducción.

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