1er Aniversario Zombier en The Drunk Monk...
Sábado de plenitud cervecera. Después de una agradable mañana en una presentación de cervezas (de la que os hablaré en una semana), a la que asistí con Mrs. Birraire, tocó comer y tomar el café, con menos tranquilidad de la habitual: el cosquilleo que tenía en el estómago era leve pero evidente, y es que en pocas horas estaría tomando algunas cervezas presumiblemente espectaculares en el templo cervecero por excelencia que tenemos por estos lares. Con mi coche-cama a punto, me fui en dirección al Maresme. Había quedado previamente con Pau y Rosana para hacerles entrega de unas cuantas botellas que había ido acumulando, y de las que ellos harán mejor uso que un servidor. La verdad es que me hizo ilusión reencontrarme con ellos; casi tanta como a mi esposa el hecho de librarse de las "maleïdes ampolles" (parafraseándola, en referencia a las botellas). De nuevo en el coche, pudimos aparcar a una esquina de distancia del The Drunk Monk, una suerte que no tuvo todo el mundo