Funciona...

Fue durante el último fin de semana antes de Navidades que se celebró, un año más, la sólida feria de cervezas de invierno de Vilanova i la Geltrú: el Fes-t'hi. Siguiendo la -corta- tradición de hace dos años, ese despejado sábado de diciembre me levanté temprano para coger el coche y dirigirme a la comarca del Garraf para disfrutar del evento que, en mi opinión, marcó el inicio de algo que ahora, senzillamente, se considera normal.

A finales de 2011 las ferias no eran como ahora: ni había tantas, ni existía el frenesí actual en presentar novedades como churros. En esa primera edición, la gran mayoría de cerveceros, dado el hecho de que se trataba una feria temática, apostaron por presentar cervezas nuevas al no contar con lo que, aproximadamente, se entiende como cerveza de invierno dentro de su gama habitual. Desde entonces, el desfile de nuevas referencias y de ediciones especiales ha sido notable.

Reflexiones a parte, el hecho es que este año, a diferencia de los anteriores, tuve la suerte de contar con la compañía de Mrs. Birraire, la cual cosa me habilitó para poder tomar más cerveza al no tener que conducir yo de vuelta a casa. Pero de ida sí cogí el coche, que curiosamente pude aparcar exactamente en el mismo sitio que justo un año antes. Al llegar al Pavelló de la Collada, pude empezar a registrar en las mesas exteriores algunos rostros conocidos, que parecían haber madrugado, y una vez dentro seguí mi particular ritual: visitar el stand de Ales Agullons para adquirir las muy esperadas ediciones especiales de Setembre. 

Por desgracia, Montse me informó de que este año habría que esperar un poco más, pero esto no me privó de apartar dos botellas Setembre clásica y empezar el día con esta misma cerveza en versión barril. La disfruté fuera del recinto, con el solecito calentando ligeramente mi espalda y con una temperatura más que agradable; se respiraba calma a primera hora, y con esta magnífica cerveza en la copa del Fes-t'hi di el pistoletazo de salida a mis sentidos para disfrutar al máximo de todo lo que ofrece Vilanova por esas fechas a los sedientos birraires catalanes.

Por la mañana y mediodía no hubo un gran alboroto de gente. La sensación era de que había menos gente que el año anterior, y probablemente fuera así por la cercanía con las fiestas navideñas, pero a mi parecer también influyó notablemente la nueva distribución del espacio, facilitada por la menor cantidad de productores respecto al año anterior (un acierto, a mi parecer). Con el nuevo esquema, se juntaba a todos los cerveceros en una mitad del pavellón y se dejaba la otra libre para mesas, sillas y alguna parada de comida, como el siempre-comentado stand donde puedes pedir un fantástico queso de raclette que, por desgracia, ambienta el espacio más de lo que uno (y dos, y tres...) querría en un contexto como el Fes-t'hi. Tengo que reconocer que este año no me pareció, para nada, exagerado como en las anteriores ediciones. Supongo que empiezo a verlo como algo inherente a la convocatoria. En la próxima edición, quién sabe, quizás lo valore ya como una virtud.

Casi sin margen para probar cervezas, al haber desayunado temprano, rápidamente me entró hambre y fuimos a visitar el sitio que, para mí, es una de las mayores alegrías de cada año: la parada de los compañeros de Campdelasort.cat, que un año más me deleitaron con su apuesta sencilla pero efectiva de comida ecológica con todo el sabor posible. A parte de no poder resistirme, ya recuperado de mi operación de vesícula, a comer uno de esas deliciosas raciones de huevo frito con patatas, probamos además una tortilla de espinacas y un sabroso y especiado cus-cus que entraron de maravilla junto a una de las cervezas nacionales que más me ha gustado hasta el momento para acompañar comida: la Gaianada 1921 de Les Clandestines.


Cargadas las pilas, quedaba por delante una tarde de cervezas oscuras y alcohólicas, pero con tiempo también para algunas que se saltaban el estándar. Mrs. Birraire, con menos curiosidad por probar novedades, apostó durante la jornada por hacer una buena sesión de SON Mucho Trigo pero un servidor, sin listas de objetivos ni nada parecido, se dejó llevar por la marea, decidiendo en función de cada momento qué cerveza tomar. Cayeron varias, y en general el nivel fue más que notable.

Destacables me parecieron la Fray Cui de Guinea Pigs!, una quadrupel intensa y afrutada del cuarteto de la alegría, o las dos "peinadas" de la feria: la Blackblock Brandy Aged y la Guineu Crisp BA, ambas añejadas en botas de brandy Peinado, siendo la Imperial Stout especialmente potente, y la Barley Wine de Guineu muy equilibrada y sin nada que envidiar a muchas cervezas del estilo que son ampliamente celebradas. Súblime fue la Apokalypse de Reptilian (la misma que en Mediona) pasada por barrica de Oporto, y junto a la Setembre también me gustaría destacar la Runa de Ales Agullons, envejecida también en barrica para conseguir notas vinosas y toques ácidos que me resultaron agradables.

Pero uno de los grandes reclamos del Fes-t'hi son para mí, sin duda, los invitados internacionales. En 2012 quedé prendado de las cervezas elaboradas por el Birrificio Italiano, y este año pude disfrutar también de las desconocidas Birrificio Menaresta, concretamente de la 22 La Verguenza (Doble IPA muy equilibrada y fresca) y de la 2 Di Picche (Black IPA) mientras hablaba distendidamente con el culpable de su existencia. No pude, por desgracia, probar in situ nada de 't Paenhuys ni de la Brouwerij Boelens.

Sin embargo, no dejé pasar la oportunidad de hacerme con alguna cervecita para las navidades, compensando así mi déficit de atención a los invitados venidos de tierras belgas. Las cervezas que no me llevé puestas fueron las de la siguiente foto.


La Tripel Klok aún no había podido probarla, pero se convirtió en mi última birra del año. Cabe apuntar que, como bebedor de cerveza belga que soy, resultó acertado despedir ese 2013 tan partido y lleno de contrastes en lo personal brindando con la mejor de mis compañías con esta intensa y sólida Tripel. Las demás, restan por ahora a la espera de su momento.

Para finalizar, no voy a entrar en la típica valoración que me saqué de la manga en mis primeras crónicas de feria en el blog (sí, el "Me Gustó / Se puede mejorar"). Creo que el Fes-t'hi ha demostrado con holgura su solidez y se ha consolidado, merecidamente, como una de las referencias ineludibles del año en cuanto a ferias cerveceras. A mí personalmente me gusta asistir por la gente con la que coincido, por las cervezas que se presentan y también por las que no son novedad, así como por la calidad de la comida y el buen ambiente que se respira. Llevo tres años disfrutando del Fes-t'hi y voy a seguir haciéndolo sin duda. Con todo el esfuerzo que conlleva, a veces pienso que no valoramos suficientemente cuando un evento de esta magnitud funciona (y bien, que funciona).

Antes de despedirme, felicitar a la Associació Singlot por el trabajo y el buen resultado conseguido, un año más. Os dejo, por último, con el vídeo que preparó Dani Ruiz (CerveTV) para que os ambientéis y os hagáis una mejor idea de cómo se vivió la jornada.



Salut i birra!

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