En Casa #1 - De modas y estilos


Empiezo con el presente una serie de posts -En Casa-, sin duración ni periodicidad determinadas, con la voluntad de escribir un poco más durante este periodo de confinamiento por el Covid-19, y de compartir algunas reflexiones que me vienen a la cabeza al probar ciertas cervezas. La intención es que sirva como lectura rápida, para estimular ideas, sin que se convierta en una compilación de extensas notas de cata, ni que derive en largas cavilaciones. Y, por supuesto, con ánimo de incitar el consumo de cerveza local en estos momentos difíciles para nuestras cerveceras. Vamos allá.

Tras confirmarse el confinamiento, y rápidamente viendo las implicaciones que tendría para el sector, una de las primeras cosas que hice fue un pedido a La Pirata, una de las cerveceras más estrictamente locales al encontrarse a escasos kilómetros de mi vivienda. Sobran presentaciones, a estas alturas, siendo una de las cerveceras más populares del país, y con amplio y merecido reconocimiento fuera de nuestras fronteras. La incontestable calidad y solidez de sus productos permiten hacer pedidos amplios de una misma referencia, sin miedo a encontrarse lotes estropeados, o que no estén a la altura.



'La evolución, dirigida en buena parte por las modas, nos redefine constantemente una realidad dinámica que todos, de una manera u otra, tratamos de plasmar estáticamente'



La Pirata - Barcelona Tropical

En el pedido cojo varias Barcelona Tropical, una IPA con doble dry-hopping, nacida fruto de una colaboración con la admirada cervecera québécois Les Trois Mousquetaires. Recuerdo como hace unos dos años y medio, en su segundo lote, consideré que esta receta tenía unos acabados sensacionales, destacando especialmente su claro enfoque a los aromas tropicales, como bien apunta el nombre y la etiqueta, pero con una IPA de base muy bien dibujada.

La sirvo y tiene un aspecto muy apetitoso, de color dorado intenso y buena retención. Identifico un elemento aromático que rara vez encuentro en la cerveza, y que además apunté también en notas anteriores: sandía; acompañada de los habituales cítricos, mango, melocotón o granada, entre otros. De base algo de caramelo, galleta o corteza de pan, siendo resinosa y seca al trago, con un amargor largo y balsámico, de muy buena calidad.

Una cerveza excelente, incuestionable, si bien me llama la atención comprobar que el dominio de la fruta tropical no parece tan escandaloso como me pareció antaño, desplazándola a mi parecer de esa lupulización in-your-face que hoy marcan las modas. Lo anterior seguramente sea fruto del tipo de cervezas y técnicas que se han venido aplicando desde la creación de esta receta, de ese periodo que parece tan lejano, previo a la conquista de las NEIPAs. Pero, ¿a quién le importan las modas?


La Pirata - Panòptic

Y hablando de NEIPAs, otra cerveza que se encuentra en el pedido es una de mis favoritas de la marca, la Panòptic, que forma parte de la serie de cervezas que gira alrededor de conceptos propios del estudio de la sociología, juntando en un mismo producto la formación y la profesión del fundador y jefe cervecero de La Pirata, Aran León.

De color dorado claro, presenta una turbidez tímida, y una bonita espuma blanca y esponjosa. Tan buen punto abres la lata, sin ni siquiera servirla, esos aromas frescos que han dado un vuelco a la industria cervecera en los últimos años empiezan a inundar la nariz, destapando ya en el vaso todo tipo de matices afrutados -melón, cítricos, fruta de la pasión, lichi-, si bien conservando su 'lupulidad'. Algo que también consigue en sabor, siendo moderadamente amarga para una IPA, pero suficiente como para no olvidarnos que estamos tomando una. Sostiene el conjunto el cereal, que se expresa tímidamente con notas de pan blanco y avena, junto con algún éster proveniente de la fermentación. Seca, viva, y de cuerpo medio-alto.

Brilla con luz propia desde su primer lote, que siendo notablemente clarificado hizo que muchos la tildaran como la 'NEIPA poco turbia de La Pirata', en un momento de auge en que estas cervezas eran de una opacidad impenetrable, que las hacía más parecidas a un zumo de fruta sin filtrar la pulpa. Con el ajuste propio de una receta que evoluciona, pero sin cambios sustanciales, curiosamente -y al revés que la Barcelona Tropical- se sitúa en la moda que observo actualmente de cervezas que aromáticamente explotan el lúpulo al máximo, con algo de turbiedad pero no opacas, y conservando un cierto grado de amargor sin ser su principal cometido.

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Y es que ¿dónde empieza o termina un estilo? ¿Qué diferencia hay entre una Hazy DDH IPA y una NEIPA? ¿Nos tiene que obsesionar la adecuación a estilo de una cerveza, como consumidores? ¿Y si somos jueces? La evolución, dirigida en buena parte por las modas, nos redefine constantemente una realidad dinámica que, de una manera u otra, todos con nuestro criterio y objetivos determinados, tratamos de plasmar estáticamente.

Stephen Beaumont y Tim Webb, en su libro World Atlas of Beer -segunda edición-, describen los estilos cerveceros como '[...] un acuerdo informal entre cervecero y consumidor, expresado en una etiqueta, por el que el primero cuenta al segundo la cerveza que más o menos está a punto de adquirir. Es también una manera de ganar premios'. Una de las mejores definiciones que, en mi opinión, podemos utilizar todos en nuestro día a día.

Con esta última reflexión recordaros, solamente, que podéis comprar éstas y más cervezas de La Pirata en su tienda online.


Salut i birra!

Comentarios

  1. BUENAS JOAN Y YA QUE ESTAMOS, FELICIDADES DE NUEVO JEJEJE. HOY EN DIA (Y MAS AHORA CON EL CONFINAMIENTO ACTUAL) CONSEGUIR BUENA CERVEZA ES MAS FÁCIL QUE NUNCA, PERO TENER CERCA UNA BUENA CERVECERA, TRATAR DIRECTAMENTE CON ELLOS Y LLEVARTE EL PRODUCTO SABIENDO QUE LLEGA EN SU FORMA ÓPTIMA NO TIENE PRECIO.
    OTRA COSA, HABLANDO DE LAS TURBIEDADES Y SU ADECUACIÓN A ESTILOS ¿PODRÍA HABER UNA ESCALA DE TURBIEDAD IGUAL QUE TENEMOS IBUS, EBC, ETC...?
    SALUDOS.

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    1. ¡Uy, que tarde te leo! El placer es doble cuando a parte de tener buena cerveza a cada trago te da el buen rollo de saber quién anda detrás. Bonus cuando sin esfuerzo te plantas al sitio donde se producen y te las llevas en su mejor estado posible. Respecto a la escala de turbidez, parece una tontería, pero realmente a mí me sigue gustando más ver una cerveza cristalina que turbia, que aunque las hay de muy ricas pierden parte del encanto visual, que también cuenta. Aunque ciertas cerveceras, y los alemanes saben un rato, consiguen que incluso una cerveza turbia pueda tener muy buena pinta. Salut!

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  2. A mí me gusta definir los estilos como un constructo social (porque va variando lo que las partes entienden de ello con el paso del tiempo, pero lo importante es que ambas estén de acuerdo), pero coincido con ambos autores en su función: describir mucho el contenido, usando pocas palabras.
    Como curiosidad, justo ayer reseñábamos por el día del libro el Atlas ese en El Jardín! Que casualidad!

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    1. También te leo bien tarde :-). Sí, menuda casualidad. Me perdí en su momento la reseña del Atlas, pero efectivamente es muy buen libro. En 2016 sacaron la 2ª edición, muy renovada y mejor, y de hecho ahora ya están preparando la tercera, que me imagino que no tardará mucho en salir. Lo que desconozco es si se llegó a traducir. Un abrazo Rodrigo.

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