14 de Octubre: #SanLúpulo 2013...

Por segundo año consecutivo, mucha de esa gente extraña que nos juntamos física o virtualmente por estos mundos cerveceros hemos celebrado el día 14 de Octubre: el día de San Lúpulo de Capua; nuestro santo favorito. Dado que este año Andrés y Mireia convocaron la actividad colaborativa asociada a tal santidad con un carácter más abierto, aproveché para elegir la opción 3 de su enumeración e incluir en mi participación el relato de una de las experiencias más lupuleras de todo el año: la segunda edición de Sant Llúpol, organizada por Beer Events.


Así como el año pasado, y como ya comenté en el post informativo, la jornada consistía en la visita a 4 templos cerveceros de la provincia de Barcelona, a los que el grupo de 40 y pico devotos llegábamos por medio de un autobús (birrabús) que evitaba que los IBUs y el alcohol pudieran tener protagonismo en carretera. En esta ocasión, los locales visitados fueron, por orden, La Cerveteca, BierCab, La Microcerveseria y The Black Lion. Vayamos a explorar qué nos esperaba en cada una de las verdes paradas de nuestro camino.


La Cerveteca

Clásico entre clásicos, "La Cerve" es uno de los primeros locales con clara vocación cervecera que se abrieron como consecuencia de la creciente afición y demanda por parte del público barcelonès. Su ubicación en el barrio gótico de la ciudad condal la convierte en una parada más que atractiva cuando se va a cenar por la zona (recientemente, fue mi salvación en este sentido), y sus estanterías rebosantes de apetecibles cervezas en botella disponibles para comprar fueron uno de mis primeros descubrimientos a nivel nacional para comprar cerveza fuera de las de supermercado.

Como primera parada del camino, la gente llegó muy tranquila y de manera progresiva. Rubén y su equipo, sin embargo, tenían dos pepinos de lúpulo a punto para que el ambiente rápidamente cogiera el punto necesario de alegría: la Buxton Wild Boar y la Buxton Rainbow Yellow IPA, la primera con un punto más de fruta tropical que la segunda, más cítrica. Ambas tenían un inconfundible carácter lupulado bien fresco, siendo la Wild Boar más maltosa. La Yellow forma parte del IPA Rainbow Project, ideado por Ryan de Siren Brewing, y en la que colaboraron otras cerveceras (Kernel, Partizan, Magic Rock, Brodie's, Buxton y Hawkshead) para hacer una serie de IPAs de distintos colores. Como buena representante del color amarillo, su palidez le daba esa coloración, a la vez que un contraste de malta menor que la Wild Boar.

Se agradeció que las cervezas fueron servidas en un generoso shaker americano: una buena cantidad de IBUs para empezar, que fueron acompañados de unas empanadillas de tártar de atún o de queso azul que, desgraciadamente, no pude probar por restricciones dietéticas.


BierCab

Y de un clásico en sentido estricto, nos plantamos al clásico de las últimas semanas, todos ya con la chapita conmemorativa de la celebración (sí, la de la primera foto). Sobre BierCab, sobran presentaciones después de que escribiera un post dedicado tan recientemente, así que pasaré a la acción directo.

No sabría cuantificarlo, pero me atrevería a decir que había más fieles lupuleros que eran "repetidores" que no de los que descubrían el local por primera vez; cosa que demuestra el revuelo causado por la inauguración de este atractivo proyecto gastro-cervecero.

El local no estaba precisamente vacío, pero al llegar Manolo tenía la frente seca; algo que dejó de ser una realidad después de que empezara a servir, sin descanso, medias pintas de Dark Horse Crooked Tree IPA (la hermana menor de una de las del año pasado) a todos los recién llegados visitantes, que disfrutamos a continuación de una Southern Tier Earthly IPA. Ambas gozaron de gran aprobación entre los amantes de las IPAs venidas del otro lado del charco, que tenían un grado de conservación elevadísimo, con el lúpulo marcando paquete como un campeón. El acompañamiento sólido fue una rica tapita de pulpo con patata.

Capítulo a parte merecen las dos "cositas" que me sacó Manolo, preocupado por mis niveles de hidratación: una de las sorpresas mayúsculas del año, la Schysst IPA de All in Brewing y Lervig (para llorar de felicidad); y una deliciosa saison novedad de Toccalmatto, llamada Tabula Rasa (suave y ligera, pero más que sabrosa).


La Microcerveseria

En la escapada fuera de la capital catalana, el Sant Llúpol de este año hizo justicia a un local que gana un seguidor cada vez que alguien nuevo lo visita. Los que no somos de Barcelona sabemos el esfuerzo titánico que uno tiene que hacer para que un barceloní salga de su querida ciudad: visitar sitios donde no se puede llegar en metro es un viaje para ellos. Sabadell, esa capital de comarca tan lejana, lleva tiempo trabajando paso a paso para convertirse en un referente cervecero dentro de Catalunya (véase, por ejemplo, este post), y uno de sus núcleos principales se encuentra en el Carrer Estrella 93, que esconde un brewpub imprescindible bajo el nombre de La Microcerveseria.

Allí, Or i Plata, Oriol y Roger, esperaban a la troupe lupulera con una apuesta cervecera 100% local: por un lado, uno de los clásicos del local, como es la muy lupulada pero altamente sesionable Or i Plata Bitter; y aprovechando que, paralelamente, se estaba celebrando un acto previo a la décima edición del Vine a Fer Cervesa con Miquel Àngel de Les Clandestines, la otra cerveza en oferta era La Fresca del Safareig, una Pale Ale muy suave que se podía beber a litros, elaborada con lúpulo recién recolectado de la pequeña plantación que tienen los cerveceros de Montferri. Muy ricas.

Mucha gente descubrió esta joya vallesana que es La Micro mientras degustaba las susodichas cervezas acompañadas de una tapita de boquerón con pa amb tomàquet y un pastelito de xocolate y Or i Plata Robust Porter que, nuevamente, me quedé con las ganas de probar en virtud de los límites temporales que pretenden preservar mi salud. Me asusta pensar qué pasaría con un local como este en Barcelona: no me cabe ninguna duda de que es allí, en la ciudad que me vio nacer, donde se encuentran algunas de las mejores creaciones cerveceras de toda la Península.


The Black Lion

El final de línea fue un grandísimo descubrimiento para mí. Y no es que se trate, precisamente, de un nuevo local, ya que el bagaje de este pub de inspiración inglesa es 19 años mayor que el mío en esta vida. El motivo para elegir The Black Lion, situado al lado de Plaça del Centre, fue la apuesta decidida que ha hecho este local por las cervezas que salen fuera de la oferta típica de este tipo de negocios, plantando las referencias que todos sabemos y conocemos por nuevas elaboraciones venidas, por ejemplo, desde Suiza o Holanda.

Tal es el caso que allí pudimos probar, acompañadas de una paperina de jamón ibérico y picatostes, una Imperial IPA como la Bad Attitude Dude o, saltándome el orden del día, la genial Black IPA de Buxton, la Black Rocks. En el guión, la De Molen Citra era la opción que no probé este día, pero ya di buena cuenta de ella unos días más tarde (como está la condenada, de barril).

El fin de fiesta fue perfecto en este céntrico pub barcelonés: un local que tiene mucho que ofrecer, y que no dudaré en visitar a menudo por estar bastante alineado con mis gustos en cuanto a música, decoración y ambiente. Creo que una de las claves para esta atracción personal es que no se trata de un local pensado desde el freakismo cervecero, y con una buena oferta cervecera camina hacia esa normalidad cervecera que he venido "reclamando" desde que volviera de mis vacaciones de verano.


Despedida

A parte de mucho lúpulo, nuevamente el ambiente predominante fue festivo y de buen rollo, si bien destacaría que, en relación al año anterior, reinó la tranquilidad, la reflexión y las charlas por encima de la locura y el desenfreno. Ante todo, me gustó la actitud abierta de los participantes y de la convocatoria, que pescó a algún que otro devoto a medio camino, seducido por el circuito de perdición y lúpulo que había en oferta.

Y hasta aquí mi experiencia por San Lúpulo, celebrado este año con algo de anticipación durante el Día de la Virgen del Pilar (si es que estamos todos hechos unos santos). Este año, desgraciadamente, no hay vídeo del amigo Dani CerveTv, que no pudo pasarse por la celebración; así que vais a tener que quedaros con mis cutres y escasas fotos, que para nada recogen el ambiente ni el espíritu de una gran velada como la vivida. Otra opción es que os paséis por BeerLook y le echéis un ojo a la buena crónica de Joan Cuevas.

Espero, no obstante, que os haya gustado el relato y que el año que viene os animéis todos a montaros al Birrabús con los demás parroquianos del lúpulo. Dar la enhorabuena a Cervecearte por la convocatoria, y pedir perdón por mi leve retraso en publicar mi historieta.


Salut i birra!

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