Suma y sigue...


La fachada de Cafeeke. Invita a entrar.
Este lunes tuve oportunidad de visitar otro local cervecero madrileño, y van ya unos cuantos. En esta nueva ocasión, me acerqué a la zona de Sol para cenar en uno de los bares que se encuentra justo al lado de la Plaza Mayor. Con una pequeña pero bonita terracita fuera, la fachada del Cafeeke recreaba muy bien la sensación del bareto céntrico de la ciudad de Bruselas, y su interior también respetaba bastante la estética general, aunque con algún toque irish.

Dado que el salón de la planta de arriba estaba cerrado, me senté con mi amigo Marc en una de las mesas altas que se encuentran al entrar en el local, y a partir de aquí miramos opciones de cerveza y comida. Después de unos cuantos años de probar en vano que mi compañero tomara una cerveza conmigo, esta vez conseguí mi propósito y le recomendé una vieja conocida, fija en casi todos los bares y restaurantes bruselenses, genial para conquistar paladares no cerveceros: la Belle-Vue Framboise.

Yo por mi parte, dado que no llegamos temprano y que ya había tomado algo antes de llegar (algo muy rico, pero no viene a cuento), miré qué había en el grifo y me decidí por redescubrir la Te Deum Blond, que me imagino que la mayoría habréis tenido ocasión de probar y comprobar que se trata de una cerveza rubia belga clásica, simple y fácil de beber, dulzona, afrutada y con un sabor más potente que el aroma. La cerveza, sin ser un maridaje a medida, fue una buena compañera de la cena típicamente belga que tomamos.
Clásica...

Para empezar, pedimos unos Frikandel (perritos calientes típicos de Bélgica) que iban acompañados, como no, de patatas fritas (allí te dan patatas fritas hasta cuando compras una barra de pan o unos chicles). Estaban realmente buenos, y con una buena relación a su precio. Seguidamente, pedimos el plato estrella de Cafeeke, que no es otro que los Mejillones al Vapor, acompañados en nuestro caso por una salsa de mostaza. Si bien estaban bastante correctos, no me parecieron a la par con el Frikandel; debe ser que recuerdo los mejillones belgas auténticos que tantas veces tomé cuando viví en el vicioso país del chocolate y la cerveza, o los que tomo en verano por la Costa Brava, pero el caso es que eran mejorables.

Sin tiempo para más, y habiendo comido suficiente, terminamos nuestra visita relámpago a esta reserva belga que es Cafeeke. Tengo ganas de volver y probar las demás tapas, así como tomarme algunas cervecitas más de las de la carta, que aún siendo en su mayoría grandes conocidas siempre es bonito volver a tomarlas.

Mi impresión general del local fue bastante buena: la planta baja es bastante pequeñita, y me imagino que las noches "de salir" debe estar abarrotadísima, pero en la planta de arriba hay varias mesas en las que cenar a gusto y con más espacio. No obstante, el sitio es muy acogedor y invita a quedarse a tomar unas cuantas entre amigos. En cuanto a cerveza, tiene una variedad suficiente e interesante de cerveza belga, con siete grifos, más de 20 referencias fijas en botella, cerveza del mes y cervezas de temporada. Toda la birra se sirve en su copa correcta y, si juzgamos por la Belle Vue y la Te Deum, a su temperatura idónea; justo lo que cabe esperar de un bar que quiere reproducir de manera fiel el ambiente de cervecería belga: cuidado con el producto. Los precios de cerveza no son baratos, pero tampoco excesivos.

Una recomendación más para todos aquellos que visiten Madrid (o vivan allí y no hayan ido) y que tengan nostalgia de aquel viaje pasado o que, simplemente, no hayan estado nunca en Bélgica. Cafeeke es una buena manera de acercarse al país de los flamencos y los valones desde uno de los núcleos turísticos más importantes de la Meseta Central de nuestra península.

La barra, los 7 grifos y la carta con el amigo Tintín.
Buen ambiente al lado de la Plaza Mayor. Volveré.

Por cierto, quien quiera más detalles sobre el local y opiniones sobre otros platos de la carta que no deje de visitar el post que hace un tiempo hizo JAB sobre Cafeeke.

Comentarios

  1. No tiene mala pinta, no, habrá que hacer una visita... aunque a largo plazo, que de restaurantes belgas estoy servido por un tiempo :P

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    1. ¡¡¡Queremos relatos del viaje!!! ¿Te has traído muchas joyas? Espero que lo pasaras genial :-)

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    2. Traerme ninguna, que no facturaba. Eso sí, unas cuantas Cantillon cayeron y alguna que otra Gueuze extraña (Beersel)Hoy sigo con ello.

      Saludos

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  2. Buahhh, pero que ricas las lambic :-). Seguiré atentamente tus posts...

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  3. Muy buena entrada Joan. Interesante local el Cafeeke. Como nota curiosa decir que tienen una norma "escrita", en la que no permiten servir más de 4 cervezas por persona. Verídico. La primera vez que vi algo semejante en una cervecería. Cuando yo fui nos costó un poco convencer a la dueña, que nos sirviera la quinta pero finalmente accedió a "quebrantar" su propia regla, incluso invitándonos. Salu2!

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  4. JAB! Ya se sabe que hecha la ley, hecha la trampa. Seguramente la norma escrita dice que no se permite a ningún cliente adquirir más de 4 cervezas; os invitó a la quinta y así no tuvistéis que adquirirla :-).

    En este caso no tuve problema con ello, ya que fue una visita rápida. Pero es bueno recordarlo para futuras visitas...

    Me parece un buen local para nuestra próxima reunión. Te digo algo para la semana que viene, si te encaja!

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