El punto de inflexión...
Foto original: Eduard Bröll. |
Me encuentro sentado delante de un tipo flaco de mediana edad, con una media melena que se va peinando repetidamente hacia atrás de manera casi-inconsciente mientras habla, con una densa barba y unas gafas estilo Johnny Depp que utiliza más bien poco, pero que le dan un cierto aire de estrella. Y es que, a pesar de que a distancia corta su talante es humilde y su trato agradable, en realidad es una estrella. Algo que en breves momentos demostrará, sacando un discurso trabajado y bien aprendido, acompañado de una postura indiferente e informal, de gran conferenciante que sabe ganarse el auditorio al soltar la primera frase.
"Sigo esperando el punto de inflexión"
Pero ahora escucha con atención mientras el cervecero del brewpub donde nos encontramos le cuenta entusiastamente toda la gama de cervezas que tienen en esos momentos, interrumpiendo sólo para pequeñas observaciones después de un sorbo, o para inquirir sobre ciertos detalles. Su sorpresa o su satisfacción, monitoreadas por muchos de los presentes, son motivo de expectación y sonrisas. No pasa cada día que uno de los dos fundadores de Stone Brewing, Greg Koch, se esté interesando por tus cervezas en tu propio local.
Matt y Greg, comentando la gama de cervezas de BlackLab. Foto original: Alex Rivero. |
Le observo con intensidad. Come muy poco: no sé si por la -presumible- resaca después de una noche por la ciudad o si es, como dice, para no dormirse durante su discurso. ¿Qué pasará por la cabeza de esta persona que, en pleno decrecimiento del primer gran boom cervecero en Estados Unidos, fundó una de las craft que han tenido más influencia alrededor del mundo? Me interesa entrar un poco en su mente, captarle bien las expresiones y el acento, pues en breves momentos le voy a traducir al vuelo en dos eventos distintos ante un público atento y especializado.
Hablamos pausadamente, preguntándome mucho más él sobre mí, y sobre la escena cervecera en Barcelona, que no al revés, discutiendo su indudable relevancia en el mundo de la cerveza. He tratado con varios cerveceros de gran reputación en otras ocasiones, y puedo decir que antes de empezar a trabajar me siento cómodo; esta persona me gusta.
Poco antes de empezar le suelto una pregunta. Dada mi situación personal, me interesa conocer la respuesta de un personaje que, sin lugar a dudas, ha encontrado el éxito persiguiendo sus ambiciones.
Poco antes de empezar le suelto una pregunta. Dada mi situación personal, me interesa conocer la respuesta de un personaje que, sin lugar a dudas, ha encontrado el éxito persiguiendo sus ambiciones.
"Greg, en todo este recorrido, desde que fundasteis Stone al momento actual, pasando por los años de mayor incertidumbre al principio, ¿cuál fue el momento en que te diste cuenta que vuestro sueño se cumplía? ¿Cuál fue el punto de inflexión?"
Greg me mira intensamente, entendiendo el sentido de mi apelación, dejando escapar una sonrisa leve y asintiendo, otorgando cierto ingenio a mi pregunta. Después de mirar arriba unos breves segundos, buscando la respuesta en el techo del BlackLab, dispara:
"Espero que sea después de que Berlín y Montana estén funcionando a pleno rendimiento. Por ahora, sigo esperando el punto de inflexión".
Pienso que, como tantas veces haría durante esa tarde de primavera, ha sorteado mi pregunta con la habilidad del buen conferenciante, o de la persona a la que ya le han hecho todas las preguntas posibles sobre su negocio. Pero reflexionando brevemente sobre sus palabras, encuentro mucho más que eso.
"Llevamos años hablando de burbuja, saturación y fallos de calidad, pero la realidad es testaruda"
Es, sin duda, una respuesta de carácter; una máxima que deberíamos hacernos propia todos. Llegar al punto de inflexión es acercarnos a la concreción de nuestros objetivos... ¿pero dónde está el límite? ¿Se pueden ir reevaluando dichas metas por el camino?
Estoy convencido de que Greg habría firmado, sin pensar, estar en el momento en que se encuentra a finales de los 90, pero ha sido suficientemente ambicioso y persistente como para no conformarse con lo que muchos habrían dado por muy bueno. Sigue su lucha por hacer crecer el imperio Stone, por llevar la cerveza de calidad al máximo número de personas, radicalmente al margen de las multinacionales y gigantes de la industria.
Localmente, podríamos aplicarnos este mismo estándar. Llevamos años hablando de burbuja, de saturación de mercado, de fallos de calidad... Y la realidad es que cada año somos más, y mejores. La variedad y calidad de cerveza que tenemos en estos momentos es mucho más de lo que habríamos podido imaginar nunca, pero tenemos que contagiarnos de esta sana ambición y refijar objetivos constantemente. Debemos seguir siendo tan inconformistas como hemos sido durante todo este largo y apasionante camino.
Llevarse reflexiones como la que me regaló el cofundador de Stone es una de las grandezas de encontrarse con personas amables y atrevidas, que comparten su experiencia e inspiran a los demás con su ejemplo y carisma. Al final, de eso se trata: caminar todos juntos, cooperar y aportar cada uno lo que buenamente sabe.
Parafraseando a Greg, una vez más: "Es realmente un mundo maravilloso, ¡porque la cerveza inspira más cerveza!".
Salut i birra!
Wow Joan! Me ha encantado el post. Parecía estar viéndolo asintiendo despacito. 🙂 Bravo!
ResponderEliminarJaja, casi un año después :-). Fue una bonita experiencia, gracias por tu comentario.
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