Gales, ese gran olvidado (1ª Parte)...

(este artículo apareció en el número 2 de la Gacetilla Cervecera).

Primera compra, justo al llegar a Gales.
129 años después de que Sa­muel Arthur Brain fundara la SA Brain & Company Ltd. me dispongo a catar una Brains SA, mi primera bitter galesa. Estoy en casa de unos amigos galeses, que esperan expec­tantes mi veredicto, como si de una aprobación de su nacionalidad se tra­tase. Ante mi sonrisa y mi mirada cómplice, relajan la severidad de sus rostros y a continuación discutimos en tono distendido las característi­cas de la cerveza típica de este pinto­resco rincón de las islas británicas.

Y es que en Gales la cerveza no es un asunto trivial. Alejados de la superpoblada Inglaterra, los galeses viven en un entorno natural lleno de praderas, a su vez llenas de corde­ros. Con un estilo de vida sencillo y tranquilo, tienen una tendencia más elevada a apreciar los productos na­turales que los ingleses; y eso se no­ta en su cerveza. Consecuentemente al tomar cualquier cerveza Brains, la más po­pular del país, uno se da cuenta de que la cerveza galesa tiene una me­dia de calidad muy superior a la nuestra.

La Brains SA, aunque sea en su versión embotellada y pasteuri­zada, es una cerveza no sólo digna, si­no buena. ¡Y es su versión "básica"! ¡Es la que te venden en quioscos, su­permercados y estadios de rugby! Usando términos locales, la SA es una moreish, en el sentido de que gana a medida que vas tomando, por lo que siempre apetece una más. Su suavidad en el paladar, la intensidad de sus lúpulos y el inconfundible to­que de nueces de su sabor son otras de sus grandes virtudes.

De la misma compañía, me gus­taría destacar otras cervezas que pue­den encontrarse en barril. La SA
Gold: una Golden Ale que lleva el concepto de refrescante a otro nivel con su mezcla explosiva de lúpulos. La SA Dark: un auténtico lujo de Mild Ale, muy oscura, con maltas tos­tadas que le dan toques de café y cho­colate. Esta sorprendente cerveza se ha adjudicado varios premios, cosa que no me extraña en absoluto. Por último, la The Rev. James, adquirida después de la compra de la cervecera Crown Buckley por parte de Brains, es una Old Ale compleja, dulce y amarga por igual, con notas frutales interesantes.

Contrariamente, la Brains IPA no me impresionó en absoluto, aun­que suma en el gran abanico de esti­
los que ofrece la compañía al público galés, cosa que siempre se agradece. De hecho, esta cerveza es sólo de temporada, uniéndose a las diez o más seasonals que sacan año tras año.

Un panorama cervecero que en­tusiasma. Gales, ese gran olvidado, juega en primera división.

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