2016, un año trascendente...


A pesar de la ausencia casi absoluta de mis letras durante el año que acabamos de despedir, he estado igual de conectado al mundo cervecero que en años anteriores. Eso me ha permitido seguir visitando sitios y hablando con personas, intercambiar opiniones y vivencias, beber mucha cerveza interesante y, naturalmente, reflexionar sobre la industria, su dirección y la evolución de nuestra escena local.

El anterior ha sido un año muy completo; lleno de todo. Por ese motivo, en este primer post de 2017 me dispongo a repasar todos aquellos sucesos y tendencias que hemos visto nacer, y que harán que recordemos 2016 como un año, cuando menos, trascendente.


"El consumidor está ganando en calidad final y variedad en su vaso, pero veremos a la larga en qué se traduce esta concentración del sector"



Concentración: las grandes mueven ficha

Yum, yum, yum...

Atrás quedan los discursos negacionistas: a los grandes grupos empresariales de la industria cervecera el crecimiento de la 'cerveza artesana' no sólo les hace cosquillas, sino que les escuece. En 2016 hemos estado entretenidos leyendo notas de prensa, medios generalistas y de economía que nos informaban, con una alta recurrencia, de la nueva operación societaria en la industria cervecera.

Desde luego, y después de que fuera anunciado a finales de 2015, ninguna operación supera en relevancia la que se ha hecho efectiva en octubre de 2016: AB-InBev adquiere SAB Miller, o de cómo el pez más grande se come al segundo. Pero no ha sido ni de lejos el único movimiento, ya que MillerCoors -controlada al 100% por Molson Coors después de la operación ABI-SAB- ha aumentado su control sobre Terrapin y ha comprado Hop Valley y Revolver. Cigar City ha vendido parte de sus participaciones a Fireman Capital Partners, que ya controla Oskar Blues; y el holding Ulysses Management ha adquirido la mayoría de Victory Brewing Co, después de contar ya desde 2014 con Southern Tier. Lagunitas -parte del Grupo Heineken desde 2015- también ha adquirido algunas pequeñas cerveceras locales. No cabe olvidar, tampoco, que uno de los grandes grupos asiáticos, Kirin, adquirió el 24,5% de la Brooklyn Brewery -que al no superar el umbral de independencia de la Brewers Association sigue siendo considerada como craft en Estados Unidos-.

En Europa, AB In-Bev también ha cortado el bacalao. Después de digerir los turrones de 2015 con la adquisición de Camden Town, a principios de año Birra del Borgo anunció que sería adquirida asimismo por el gigante belga. También Bosteels, conocida por sus Tripel Karmeliet, Kwak o Deus entre otras, sería comprada medio año después. Por su parte, se supone que por temas de competencia, Pilsner Urquell y otras cuatro cerveceras europeas que pertenecían a AB In-Bev han cambiado de manos, siendo ahora parte de la asiática Asahi.


Las compras también han pasado por aquí, ya que después de que a finales de 2014 el Grupo Mahou-San Miguel comprara un 30% de las participaciones de Founders, en 2016 se ha hecho con un 40% de Nómada Brewing Co. Asimismo, y al igual que otras marcas de amplia comercialización en todo el Estado, ha sacado nuevos productos como la Mahou Maestra, o las dos Mahou Barrica. Y es que este año el desfile ha sido notable: Amstel Fresca, Cruzcampo Fresca, la serie 'Ambiciosas' de Ámbar, las ediciones limitadas de Fàbrica Moritz -Red IPA, Blat, Negra-, todo tipo de nuevas Radlers y también cervezas sin gluten.

A todo ello, cabría sumarle un nuevo empuje comercial en los bares con Estrella Galicia de Bodega, que ha mejorado sin duda la oferta cervecera en muchos locales del territorio, pero que no nos olvidemos que en 2015 se cobraron en Madrid una víctima sensible con el cierre de la fabricación en Naturbier. Moritz, asimismo, ha sacado su campaña 'ArteFans', vinculando su marca al apoyo a las cerveceras artesanas del país a partir de varias colaboraciones.

El tiempo dirá qué supone todo esto. Personalmente siempre he sostenido que, al final, el consumidor está ganando en calidad de cerveza en su vaso; al menos aquí en Barcelona, el estándar de calidad y conservación, así como la gama de opciones disponibles, ha ido al alza de manera clara en estos últimos tiempos. Vengan de donde vengan, tenemos más y mejores productos a nuestro alcance. Veremos, no obstante, en qué se traduce esta concentración a nivel mundial y local en términos de distribución, compra de materias primas y otros aspectos necesarios para la elaboración y comercialización de la cerveza.


¿Artesana, craft, tradicional?

CAMRA Revitalisation Project... piano, piano.

Y cuando parece que la nunca-clara definición de cervecero artesano se hace aún más opaca con todas estas operaciones de compra que, por ahora, cambian poco más que la propiedad de las participaciones en empresas, a nivel de España se publicó en el Diario Oficial el Real Decreto 678/2016 de 16 de diciembre, por el que se aprueba la norma de calidad de la cerveza y las bebidas de malta, que incluye una definición de 'fabricación artesana' que deja a todo el mundo contento. O no a todo el mundo. Bien, al menos a aquellos que han hecho lobby de manera efectiva para que se publicara con suficiente flexibilidad para dejar la puerta abierta para subirse al carro de la 'artesanía' si conviene. Próximamente analizaré esta nueva ley y sus implicaciones para la industria desde aquí para profundizar a mayor detalle, que da para bastante.

Dejemos el derecho a parte. Aunque quizás no sea algo nuevo, durante el año anterior he tenido la sensación, en conversaciones e intercambios de impresiones con compañeros del mundillo, que se ha empezado a interiorizar y utilizar en el argot la distinción teórica entre cerveza industrial, craft y tradicional. Y digo craft, y no artesana, porque parece que tenemos un anglicismo que por contagio de otros países está dispuesto a disputar la hegemonía al término 'artesana'. Mucho tendrá que ver, me imagino, que varios de nuestros cerveceros más internacionales utilicen el término a diestro y siniestro en su márqueting. A pesar de que siempre me ha gustado hablar, en genérico, de 'cerveza', o utilizar términos como 'cerveza alternativa', con el tiempo he hecho las paces con esta terminología inexacta que sirve para etiquetar ciertos conceptos. De origen -me aventuraría- anglosajón, la diferenciación entre craft y tradicional consigue, en cierta manera, evitar el duopolio artesana e industrial, blanco y negro, bueno y malo; además de resolver la duda existencial a aquellos a quien les quita el sueño saber si Chimay es o no artesana para poder consumirla -o no- con tranquilidad. Bien, entonces.

Y hablando de tradicionales... En todo este escenario de cambios e inmediatez, un organismo tradicional y tradicionalista como la CAMRA lucha, en especial consigo misma, para mantener una posición de influencia en la industria desde el lado de la barra de los consumidores, principalmente ante la emergencia y rápida expansión de los craft kegs. Mientras la industria cervecera avanza a un ritmo mareante, después del lanzamiento del CAMRA Revitalisation Project en 2016, se ha aplazado la decisión final sobre el rumbo que debe emprender la organización hasta la conferencia de Coventry, en 2018. En el mundo de la inmediatez y de Twitter, por desgracia CAMRA sigue pareciendo una organización del siglo XX.


Puntos de venta propios

Tap Room de La Pirata, en Súria. Convenientemente cerca de mi casa.

Avanzan en todo el mundo los puntos de venta propios de marca. No es algo nuevo, por supuesto. Si nos servimos de la terminología anteriormente comentada, varias marcas industriales y tradicionales llevan años con este modelo, pero sí que podríamos hablar de un fenómeno algo más novedoso y especialmente creciente entre las cerveceras craft. Como ejemplo California donde, según me comentaban la semana pasada dos personas que forman parte activa de la escena de allí, las cerveceras regionales han empezado a buscar y abrir sus propios establecimientos desde hace un tiempo, en una tendencia cada vez más pronunciada ante la creciente competencia. Adicionalmente, el número de brewpubs y taprooms en todo el mundo va en claro aumento.

Localmente, en Barcelona ya teníamos los bares de Brewdog y Mikkeller, así como algunos brewpubs. Han abierto nuevos establecimientos con producción propia, e incluso bares como el de Barcelona Beer Company, o el Grasshopper -con exclusiva de cervezas BeerCat-. Asimismo, en todo el territorio han proliferado los taprooms, algo que pareció una ocurrencia cuando en 2014 lo abriera Edge Brewing en Poblenou, y que tres años después vemos como reproducen varias cerveceras.

Y es que sí: si se quiere invertir se necesita dinero, y viabilidad. Y los generosos márgenes que puede proporcionar un punto de venta para tus propios productos son sumamente atractivos. Es por ello que veremos más brewpubs, más taprooms, y más locales con exclusiva de cerveceras existentes. Incluso nuevas cerveceras de locales existentes.


Aceptamos fruta. Y turbidez.

Destacada. La colaboración entre Guineu y Moor: una IPA con mango y fruta de la pasión.

En cuanto a cervezas propiamente, las IPAs -o, mejor dicho, el término 'IPA'- no pierden fuelle y siguen reinventándose. Si en 2015 el furor lo causaron las -en mi opinión- mal-llamadas Session IPA, este año anterior han visto como se les echaba todo tipo de fruta. Tanto a las IPAs como a otros estilos trendy como puedan ser las Saison, o incluso las Gose. Porqué sí, este año también ha sido el de las Gose: un local cervecero parece que ya no puede permitirse no tener al menos una de estas cervezas de origen alemán en oferta; o más bien dicho, una de las interpretaciones que el sector craft ha hecho del estilo. Mirando siempre el lado positivo, a los que nos gusta la fruta bien administrada en las recetas, y/o encontrar matices ácidos en la cerveza, nos ha salido bien la jugada este año: y es que ahora mismo tenemos todo tipo de cervezas ácidas en oferta: de las clásicas a las contemporáneas, la acidez se expande y empieza a calar entre una parte del gran público.

Pero eso no es todo. Después de años de quejas de consumidores y de esfuerzo por clarificar por parte de los cerveceros, ahora de repente el último grito son las IPAs turbias, o proteínicas, o hazy. Apuntad bien su denominación, si no la conocéis ya: New England IPA. Si no sabes qué son, y no has probado al menos 100 de distintas, ya no eres nadie.

Estas nuevas tendencias aquí nos han llegado con mucha menos intensidad que en otros países donde la escena cervecera craft tiene un mayor desarrollo, pero ojo al dato: primero ni conocíamos las tendencias, luego teníamos que desplazarnos para vivirlas, o esperar un tiempo a que llegaran. Ahora nos llegan sin mucha dilación: ¿cuál es el próximo paso? En unos años, quizás seamos capaces de crear alguna.

Y si hablamos de tendencias, no deberíamos obviar los envases. Las latas también han vivido un año de expansión importante, con muchas cerveceras de todo el mundo invirtiendo en maquinaria para ofrecer este formato para sus cervezas. Incluso en España, Arriaca sorprendió a todos en marzo cuando presentó las 3 primeras latas de cerveza artesana de la Península Ibérica. Cabe sumar, a nivel local, la escasa presencia de este envase hace no tanto tiempo en nuestras tiendas, y la cantidad de referencias distintas que podemos encontrar a día de hoy.


Y mientras tanto, en la Península Ibérica...

NaparBCN, una de las destacables incorporaciones de 2016 en Barcelona.

Barcelona, que en mi opinión se consagró definitivamente como destino cervecero internacional en 2015, sigue creciendo en calidad y cantidad de sitios, opciones y eventos, recibiendo cada vez un mayor número de turistas que persiguen fines cerveceros. Lo sustentan algunos números de asistencia con que contamos del Barcelona Beer Festival, pero os remito a la mejor prueba posible: la empírica. Pasearos cualquier día por cualquier bar cervecero de la ciudad y observad a vuestro alrededor: no será de gran esfuerzo encontrar beer geeks foráneos. Creedme que se distinguen.

Por su parte, Madrid se ha destapado en 2016. Si en el periodo de 2011 y 2012 se dió ese primer empuje que sirvió para captar y juntar algún centenar de grandes aficionados cerveceros de la capital, especialmente en estos dos últimos años ha cogido mucha más fuerza con la incorporación de un buen número de nuevos locales y proyectos ilusionantes. Estos nuevos negocios hacen augurar un crecimiento de nuevo público importante en una ciudad de por sí muy cervecera, que lleva muchos años con un ocio estrechamente vinculado a la caña y la tapa, y que dificulta por tanto la penetración del mercado con un producto que sabe distinto, y que resulta más caro.

Como nota última, y como bloguero, no dejaría de destacar la creciente falta de influencia de los blogs, hasta el punto que hemos dejado de tener la relevancia colectiva que en su momento tuvimos como herramienta de difusión y encuentro a nivel local. El hecho de que en la mayoría de los casos estemos hablando de estas bitácoras como de un hobby personal, y el hecho de que el sector se ha ido profesionalizando a marchas forzadas, ha hecho que la atención se haya desviado hacia las redes sociales por motivos de espontaneidad e inmediatez, y a medios de comunicación que, tal vez, cuenten con menos conocimiento y sean más generalistas, pero que llevan ahora el peso en la difusión de novedades y tendencias de la industria. Incluso cuando meten la pata.


¿Qué podemos esperar?

Barriendo para casa, sí... pero aquí tendrá lugar uno de los eventos destacados de 2017.

Hablando con personas y leyendo medios especializados, parece que no haya lugar en el mundo donde no dejen de aparecer nuevas cerveceras. Seguramente, en cada sitio se ha hablado de burbuja, y muchos observadores se siguen mostrando incrédulos al ver que no dejan de emprenderse nuevos negocios, pero la realidad es la que es, y parece indicar que hay mucho recorrido por delante aún. Esto no deja de crecer, lo indican las cifras, el interés de la restauración por la cerveza, y el incontable número de noticias sobre cerveza que han aparecido en prensa generalista. Dudo que en 2017 veamos un cambio de tendencia en este sentido.

En contraste a este crecimiento, algunos negocios quedarán por el camino, como ya viene pasando desde hace años en otras escenas cerveceras, y desde hace relativamente poco aquí también. En una realidad tan cambiante como la de ahora, los negocios más antiguos sufren ante los nuevos: no sólo por novedad, sino de que los primeros nacieron tras un análisis de mercado totalmente obsoleto a estas alturas, que posiblemente hizo considerar una inversión más conservadora cuando todo estaba verde y con más esperanzas que garantías de madurar.

Y es que una de las cosas que, al menos localmente, nos traerá 2017 son, efectivamente, nuevas cerveceras y locales, además de inversión adicional en negocios existentes para su adaptación y mejora. Sólo en Barcelona ciudad, que yo conozca, tenemos a la vuelta de la esquina hasta 6 nuevas cerveceras -contando brewpubs- con una inversión más que notable detrás. Y eso sin contar todo aquello que, por supuesto, no es de dominio público a estas alturas. Asimismo, se puede esperar que siga la senda de profesionalización en el sector, trabajando con profesionales especialistas de distintas ramas y sectores para llevar tareas que nunca debería llevar un cervecero -e.g. cómo han cambiado a bien muchas etiquetas en poco tiempo-, y creciendo también el nivel de formación del personal y la experiencia mediante colaboraciones e intercambios, como viene ocurriendo desde hace ya un buen tiempo.

Más allá de lo apuntado, entraríamos en terreno altamente especulativo, y allí no me voy a meter.

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Hasta aquí mi resumen cervecero del año 2016, que espero haya sido de vuestro interés. Desearos mucha y buena cerveza para 2017.


Salut i birra!

Comentarios

  1. Buen análisis compañero!

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  2. BUEN TEXTO RESUMEN DE UN AÑO INTENSO. CIERTO QUE EN MADRID NOS QUEJABAMOS QUE ESTABAMOS A AÑOS LUZ DE BARCELONA Y HABIENDO ESTADO POR ALLÍ ESTE AÑO Y VIENDO LA ACTUALIDAD DE LA CAPITAL, TENGO QUE ASENTIR QUE POR FÍN, ESTE PASADO AÑO HEMOS RECORTADO UNA POCA DISTANCIA, AUNQUE QUEDA MUCHO POR RECUPERAR JEJEJE.
    ESPAÑA ESTÁ YA EN LOS MAPAS CERVECEROS, Y NO SOLO ESO, EN EL DE LAS CERVECERAS, COMO HAS PODIDO VER ULTIMAMENTE. ESO ES UN SÍNTOMA DE CRECIMIENTO NO LO DUDES.
    EL PAPEL DE LOS BLOGS, QUE TANTO HA HECHO EN AÑOS ANTERIORES POR EL CRECIMIENTO DE LA CERVEZA ARTESANA Y SU CONSUMO EN EL PAIS, HA SIDO DENOSTADO ENORMEMENTE POR MULTITUD DE "PROFESIONALES" ( Y PONGO COMILLAS PORQUE SI YO MONTO UNA FABRICA O FABRICO EN LA DE OTRO O MONTO UNA TIENDA O UNA DISTRIBUIDORA, SOY UN PROFESIONAL Y TODO ME ATACA Y ME MOLESTA, PERO SI ESCRIBES SOBRE CERVEZA TIENES QUE SER UN LAMECULOS O UN PELELE A MERCED DE CUALQUIER TROLL CON TITULITIS O PREPARARTE A RECIBIR PALOS POR CUALQUIER LADO ) SIENDO UNA TAREA GRATUITA Y ALTRUISTA, COMO BIEN SABES.
    EN FIN, SALUT BROTHER!

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    Respuestas
    1. A Madrid lo que le falta ahora es captar a mucho más público general, algo que con la nueva oferta cervecera de calidad que hay debería ser más fácil que hasta ahora. Además, los movimientos de Mahou no dejan de alimentar la sed del público por un producto distinto; así que todos sumando en la misma dirección :-).

      Sobre los blogs, sí que ha sido denostado el papel; injustamente en muchos casos, y sin tener en cuenta que hace unos años fueron (fuimos) un canalizador bastante bueno de información y pasión sobre aquello que embrionariamente ocurría. Pero haciendo auto-crítica, la industria ha avanzado mucho más que nosotros, y ahora somos bastante irrelevantes en el conjunto. Interesa más un perfil social potente que un blog, a día de hoy.

      ¡Salud Jorge, un abrazo!

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