De paseo por la capital de los Países Bajos... (parte I)

Hacía ya un tiempo que no hacíamos una escapada con mi mujer, así que aprovechamos y nos fuimos a visitar una ciudad que no conocíamos aún y de la cual teníamos muy buenas referencias: Amsterdam. El objeto principal del viaje era la visita de la ciudad, sus calles, canales, edificios, museos y plazas emblemáticas; sin embargo, trazamos una planificación en la que pudiera entrar todo, y es así como pudimos gozar también de unas cuantas experiencias cerveceras.

Después de pegarnos un buen madrugón, llegamos a Amsterdam y nos instalamos en el hotel. A partir de aquí, empezamos la visita de la zona sur-oeste de la capital holandesa, visitando sitios como la Muntplein, el Mercado de las Flores (Bloemenmarkt), Leidseplein o Vondelpark. Después de esta primera vista de la ciudad, en la que pudimos comprobar lo caótica que puede llegar a ser con tanto turista, tramvía y bicileta, hicimos nuestra primera parada gastronómica programada, no muy lejos de Vondelpark. El restaurante The Pantry fue el elegido para comer, y fue una muy buena apuesta.

Según el guión...
Allí pedimos comida local, concretamente Hutspot (patatas troceadas mezcladas con ternera guisada, zanahoria y cebolla) con albóndiga y salchicha ahumada. Una delicia que os recomiendo que probéis. Antes de empezar probé dos cervezas típicas a modo de aperitivo: la Wieckse Witte y la Wieckse Rosé. La primera es una Witbier simple y sin compliaciones; está bastante rica. La Rosé, como era de esperar, es coger un poco de la Witte y añadirle jarabe súper artificial para darle sabor "como de frutos rojos"; y aunque bebible, no fue fruto de mi devoción.

¡Sorprendente!
En un mundo ideal, en el que yo ya habría probado todas las cervezas habidas y por haber, me hubiera pedido alguna de las referencias trapistas que tenían en carta (la mayoría de La Trappe) para acompañar la riquísima comida que os he comentado hace unas pocas líneas. Sin embargo, dado que uno no puede descansar de sus deberes birraires ni cuando está de viaje por placer y ocio, pedí una cerveza que no tenía controlada y que, además, tenía cartelitos publicitarios en cada mesa para que no pudiera pasar por alto dicha circunstancia: la Amstel Bock. Aquí, quien no la haya probado, podría llegar a pensar que pinché pidiendo esta birra, pero lo cierto es que fue sorprendentemente decente, hasta el punto que puedo asegurar que me gustó y que fue una buena compañera para devorar la comida tradicional holandesa que habíamos pedido. Bastante intensa en sabor y básicamente maltosa y dulzona, la Amstel Bock fue, para mi, la tapada del viaje.

Recomendado queda. Gran recuerdo el que nos llevamos
de este restaurante.

Edificio Heineken, en el centro de
Amsterdam.
Por la tarde, en el planning inicial, habíamos incluído la realización del tour de la Heineken Experience. Finalmente, después de consultar extensivamente mis posibilidades, en parte vía la experiencia de otros compañeros, y además teniendo en cuenta que debía conciliar las visitas y actividades cerveceras con unas cuantas-muchas de no cerveceras, decidí que prefería visitar una micro de la ciudad, además de algún pub adicional y el hecho de no tener que negociar con la jefa la compra de cervezas raras o la cantidad de botellas que se vendrían de vuelta a casa conmigo. La verdad es que mi yo coleccionista, el que va por la calle y se emociona solamente con los carteles de los bares con motivo cervecero, me empujaba a ir, además había podido leer en el blog de Txema que valía la pena. Sin embargo, finalmente aposté por otras ofertas cerveceras que tiene la ciudad de Amsterdam que no tienen un carácter tan marcadamente turístico, y acabé descartando la Heineken Experience.

No es la Heineken Experience,
es una atractiva tienda oficial.
De esta manera, la tarde fue tranquila, visitando la zona de los museos (Museumplein), Rembrandplein, un par de mercados (Albert Cuyp y en Waterlooplein) y el barrio judio. Ya más tarde nos fuimos a un sitio que me recomendó Gabriel (de Zombier) y para tomar algo y luego poder cenar bien: De Zotte. Se trata de una cervecería pequeñita estilo belga, siempre abarrotada de gente. Con mucho ambiente y una decoración cuidada y acogedora, disponen de una carta extensa de cerveza belga, muy conocidas la gran mayoría de ellas.

¿Fácilmente superada?
Primero nos dijeron que para cenar lo tendríamos mal porque estaba todo reservado, pero al cabo de un rato mi mujer, con una hábil maniobra, consiguió dos sitios fantásticos en un extremo de la barra mientras yo miraba la decoración "to despistao". Pedí a las chicas de De Zotte si tenían alguna cosilla escondida fuera de carta, pero me indicaron que sólo la cerveza de la semana (Vicaris Tripel), y que ya no les quedaba. Me imagino que tampoco les pareció el mejor momento para que un guiri les pidiera las cervezas raras que no están en la carta, dado que no disponían ni de 10 segundos para respirar de trabajo que tenían.


Gran Tripel.

Con eso, pedimos nuestra cena. Me apetecía probar los platos cocinados con cerveza (Sopa con Affligem Dubbel, Filete de Ternera con salsa a la Tripel, Pastel con Quadrupel y algo más que no consigo recordar), pero tenía el estómago muy mal desde la última semana, y opté por una simple ensalada con queso de cabra, que me entró muy bien. La quiche que pidió mi mujer también estaba estupenda. Destacar que toda la comida la acompañaban de dos platos previos con ensalada y patatas fritas (por si quedaba alguna duda del carácter belga del sitio), con un híbrido entre mahonesa y all-i-oli dulce que estaba de brutal. En cuanto a cerveza, fui a por dos clásicos que hacía tiempo que no probaba: St Bernardus Tripel y Abt. Ambas geniales, por supuesto, si bien me sorprendió comprobar que, al degustar la Quadrupel (Abt) se me pasaron por la cabeza unas cuantas birras de estilo similar que la superaban (para mi gusto).

Y saliendo de De Zotte ya sólo nos quedaba volver al hotel, que al día siguiente teníamos más visitas y teníamos que descansar las horas que no habíamos descansado la noche anterior. Era necesario, además, cargar las pilas ante el día más cervecísticamente interesante...

Buen ambiente, buena cerveza y buena
comida. Para los nostálgicos de Bélgica.

Puedes ver las demás entregas de esta serie en los siguientes enlaces:

De paseo por la capital de los Países Bajos (parte II)

Comentarios

  1. Genial reseña y sorprendente lo que comentas de Amstel Bock (apuntada queda para un futuro viaje). Ya tengo unas ganas locas de leer la próxima entrada!! Saludos!

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  2. Realmente Amsterdam es una ciudad preciosa, tranquila y muy recomendable para todo el mundo y en especial para los amantes de la cerveza. Yo pasé unos fantásticos días hace unos años.¡Qué grandes recuerdos!
    Solo una cosa, no es la capital de Holanda aunque todo el mundo lo piense. La capital es La Haya.

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  3. Hola Edu, cito textualmente de la Wikipedia:

    "La Haya es la sede de gobierno, mas no la capital, de los Países Bajos, que según las constitución neerlandesa es la ciudad de Ámsterdam" http://es.wikipedia.org/wiki/La_Haya

    Saludos!

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  4. Fantástica ciudad en la que estuve hace ya mucho tiempo, y tengo ganas de volver con mi mujer. A ver si se da la ocasión. Son tantos los lugares a los que volver, y otros por conocer...
    Muy buena entrada. Me quedo a la espera de la siguiente, para que nos sigas dando detalles y poniéndonos los dientes largos. Por cierto, me sorprende que encontrases cervezas que superaban a la St. Bernardus Abt.12, una de mis debilidades, pero para gustos hay variedad, claro está.
    Salu2!

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  5. Tenía entendido que dónde vivía la Familia Real, estaba el Gobierno y el Parlamento de un país era la Capital, por lo visto estaba equivocado.

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  6. La cerveza en Amsterdam es una materia que me queda pendiente. He estado allí tres veces: de dos de ellas solo guardo el recuerdo de enfriar botellas de la terrorífica Grolsch Het Kannon en el canal, colgandolas de una cuerda, siendo esta mi única relación con el mundo cervecil; la otra fue en plan turístico, y salvo una Cuvée des Trolls, una Hoegaarden Grand Cru y la Witterke Rosé que mencionas poco más tomé.

    Apunto información para la próxima, y de paso intentaré recordar el pedirle datos a Gabriel. Está claro que, vaya donde vaya, él conocerá un buen lugar donde tomar cerveza.

    Saludos... y sigue con el viaje, no nos dejes en ascuas :)

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  7. Lupuloadicto, gracias por tu comentario. Aún queda lo bueno por ver... Y respecto la Amstel Bock, para que nos hagamos todos una idea, me pareció superior a la típica negra de super española.

    Eduard, es curioso cuantas veces he discutido con amigos y compañeros de trabajo este mismo tema. Parece ser recurrente :-). Se me han adelantado en la respuesta, pero realmente sí que es un caso bastante singular el de los Países Bajos.

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  8. JAB, E.D., gracias por vuestros comentarios también. Respecto a la St Bernardus 12 fui el primer sorprendido, porque la recordaba sublime, y aún siéndolo pensé en otras... Voy a hacer el ejercicio de hacer una cata a ciegas de cervezas similares para tener un veredicto sin vicios (aunque probablemente reconozca la mayoría...).

    E.D., creo que vas a poder sacar algunas ideas de mis posts, al menos lo más general. Puedo darte alguna alternativa que no tuve tiempo de visitar, también. Y consultar a Gabriel creo que es un acierto; yo no dudé en contactar con él, y me ilustró muy amablemente. Un crack :-).

    Salu2, cerveceros!

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