Innbrew, presente y futuro

La primera semana de abril tenía dos citas marcadas en rojo en el calendario cervecero, con la celebración de la segunda edición de la feria profesional Innbrew, y la primera edición de un evento muy prometedor, el Rustic & Wild. Centrémonos, por hoy, en la primera de las dos.

En su segundo año, este evento B2B tenía el reto de consolidarse como cita recurrente, después de una primera edición que sirvió para ver que existía potencial para una feria sectorial de estas características, pero que, aún en plena pandemia, se convirtió más en un reencuentro que en una feria profesional plenamente funcional.

En este sentido resumo, a continuación, una serie de pensamientos rápidos que me suscitó el seguimiento que pude hacer del mismo, tanto en remoto como presencialmente:

Continuidad. Con unas cifras imponentes, 1.870 asistentes y 27 estands, el nivel de satisfacción por parte de los expositores era, desde mi punto de vista, el gran punto a cubrir en esta segunda edición: sin ellos, no hay continuidad. Y no solamente se ha logrado, sino que se ha acompañado de un crecimiento en cantidad y calidad de los contenidos en forma de charlas y talleres -InnTalk e InnMeet-, que ya tuvo muy buena acogida en la edición de 2021, cosa que asegura la continuidad de este foro.

Utilización. La evolución del certamen pasará, sin duda, por seguir acomodando la experiencia de los distintos participantes a sus necesidades, buscando el equilibrio virtuoso entre costes -e.g. no es lo mismo transportar maquinaria que sacos de malta- y beneficios potenciales. Los participantes tendrán que analizar como utilizar mejor el espacio que se les habilita, y la organización seguir acompañándoles, profundizando en la segmentación de su oferta.

Contenidos. Se consolida el espacio de charlas de BrewHub, AETCM y mesas redondas, con una oferta formativa y de debate francamente interesante y bien producida que, si no fuera suficiente, se puede seguir en directo por redes. Si sumamos a la ecuación las entrevistas de Innbrew TV, ojo con la biblioteca de contenidos digitales que le está quedando a Beer Events, que sirven como referencia informativa de calidad, convirtiéndose en una potente fuente de divulgación de nuestra escena.

Diversidad. Hay que poner en valor el acierto de asignar la dirección de Innbrew a Judit Càrtex: una persona con carisma dentro del sector, conocimiento y experiencia relevantes, y gran capacidad de trabajo, lideraje y generación de sinergias. Dignifica y da fuerza a la aportación femenina dentro de un sector aún excesivamente masculinizado, pero con figuras y voces potentes que cabe poner de relieve.

Diversificación. Ante la amenaza a su continuidad, provocada por la pandemia, Beer Events ha tenido la virtud de transformarse internamente y diversificar su negocio, mitigando su elevado riesgo de concentración anterior -i.e. jugarse la vida en un fin de semana-. El reconocimiento de BE es transversal dentro del sector, siendo desde hace años su mayor dinamizados, y es por tanto una magnífica noticia que salgan fuertes de ésta.

Futuro. Para mí, el gran interrogante de futuro es el Barcelona Beer Festival, que en esta transformación ha perdido piezas y se ha convertido nuevamente en un festival 100% enfocado al consumidor. La última edición vino muy marcada por las circunstancias y no me resulta representativa, pero en mi cabeza se abren una serie de interrogantes acerca de su futuro y evolución como evento, considerando la pandemia y el momento de madurez actual del sector:

  • ¿Siguen siendo atractivos los festivales de alto aforo, en que el número de asistentes es una métrica de éxito?
  • Dentro de la heterogeneidad de consumidores, ¿hay que seguir segmentando la oferta y apuntar a todos ellos dentro de un mismo evento?
  • ¿Tiene sentido pensar en la introducción de nuevos formatos especializados, incluso recuperando ideas que anteriormente no han funcionado?

Cuestiones, las anteriores, que hasta cierto punto parecen extrapolables a otros puntos de la industria, no solamente a los eventos. Mi visión es que el público general empieza a tener muchas opciones y que, poco a poco, tenemos que caminar hacia la especialización. Es cuando hacemos vía que marcamos el compás. Muestra de ello es el éxito del festival Rustic & Wild, que repasaré en el próximo post.


Salut i birra!


Disclaimer: no he intervenido en ningún aspecto de la organización de la segunda edición de Innbrew, si bien he mantenido un vínculo personal y profesional con Beer Events desde su fundación, siendo actualmente colaborador ocasional de la empresa. Obtuve, además, acreditación de prensa para atender al evento.


Comentarios

  1. Espero que no sea como lo planteas al final y tendamos demasiado a la especialización. Al final, a las cosas más especializadas vamos los 20 gatos de siempre. El BBF precisamente rompía con eso, llenándose también de gente "de la calle"...

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  2. Interesantes cuestiones sin duda...Otra pregunta e si son realmente rentables los eventos "elitistas" o para "frikis cerveceros" hasta el punto que permitan su supervivencia en un futuro, o es mejor algún tipo de "pase VIP" o "evento VIP" dentro de los festivales cerveceros para paliar esa falta de oferta exclusiva que se viene dando en ciertos festivales más dirigidos al gran público... ¿Realmente un Festival cervecero es para eso, para probar cervezas exclusivas? ¿O es mejor otro tipo de eventos complementarios?

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